Aarón Justiniano
Presidente de la instituciónSi se procura entender a mayor profundidad el problema de los avasallamientos y las colonias desde un punto de vista geopolítico, es meritorio revisar las ideas que nos planteaba Nicolás Maquiavelo cerca de 5 siglos atrás.
Maquiavelo, en su obra El Príncipe, hace énfasis en el manejo de territorios con culturas, lenguas y leyes diferentes. Desde su perspectiva, una de las mejores maneras de conservar y dominar un nuevo territorio es creando colonias en puntos estratégicos, ya que estas son más eficientes y económicas que la dominación mediante conflictos bélicos o guerras.
“Las colonias no cuestan casi nada al príncipe, y solamente perjudican a los que pierden sus campos y sus casas, que son una pequeña parte de los habitantes de ese estado. A los demás les deja tranquilos, y por ello no se atreven a moverse por miedo a no tener el mismo destino que los despojados” (Maquiavelo, 2009, p. 26).
Esta idea de controlar un territorio a través de la colonización y asentamientos pareciera ser una imagen viva del modus operandi del Movimiento al Socialismo durante los últimos años, siguiendo una tradición propuesta desde las épocas del MNR con la Reforma Agraria y la Revolución de 1952.
Lo cierto es que, a lo largo de las décadas, el estado boliviano continuó con la redistribución de tierras, y hasta 2019,
“Se habían titulado 85 millones de hectáreas de los 106 millones de hectáreas del territorio boliviano” (Los Tiempos, 23/09/2019)
Uno de los puntos más críticos de los últimos años ha sido el de la Chiquitania, donde los conflictos por la tierra se han intensificado en sobremanera. En 2019, cerca de 130,000 hectáreas de tierras fiscales fueron asignadas a 69 comunidades campesinas, lo que provocó la resistencia de ganaderos locales y habitantes que denunciaron avasallamientos. Los enfrentamientos tanto políticos como sociales han sido agravados por denuncias de que los nuevos beneficiaros de las tierras son personas vinculadas al MAS y no necesariamente campesinos dedicados a la producción agrícola. A día de hoy, octubre de 2024, según datos de la NASA (VIIRS J1), el 78,70% de los focos de calor se consumen dentro de tierras fiscales en propiedad del gobierno y sectores afines. Con todos estos datos es fácil identificar el patrón que nos advertía Maquiavelo previamente, un grupo reducido se beneficia de la repartición, mientras que los habitantes iniciales sufren las consecuencias, generando miedo y conflictos sociales.
En cuanto a propuestas para solucionar este problema, surgen dos posturas, una de ellas, encabezada por el movimiento Nación Camba el año 2003, es la de la creación de sindicatos campesinos de la Nación Camba, mismos que sean candidatos a la repartición de tierras fiscales por parte del estado boliviano.
Por otra parte, durante los últimos días, políticos del MAS han sugerido una militarización del territorio chiquitano, con el fin de cesar con los asentamientos ilegales y el tráfico de tierras.
Para vos ¿cuál es la solución a los avasallamientos?
-¿Es posible encontrar una solución mediante una reforma integral que combine el respeto a la propiedad privada y la sostenibilidad ambiental?
-¿Debería el Estado seguir manejando la redistribución de tierras fiscales?
-¿Es suficiente la militarización para resolver los avasallamientos o se necesitan estrategias con un enfoque más cercano a la institucionalidad de un estado moderno?